En invierno, cuando el frío dura varios meses, toda la naturaleza se sumerge en un sueño tranquilo y la vid no es una excepción. Pero, si cada planta de vid descansa a la espera de los primeros brotes de la primavera, no es el caso de los viticultores, que tienen mucho trabajo por delante para asegurar la próxima cosecha. Descubramos todo el trabajo de vid en invierno.
Poda de la vid en invierno
Después de haber aportado sus más bellos racimos, las viñas se toman un merecido descanso. Durante este reposo invernal, los viñedos entran en letargo hasta la primavera. Pero esta breve tregua no supone un período de descanso para los viticultores, que ya deben preparar las vides para la próxima campaña. Así, después de haber realizado la prepoda de las vides en otoño, el trabajo continúa en diferentes etapas, a lo largo del invierno, y en particular mediante podas.
El comportamiento de la vid en invierno.
Para comprender el beneficio de podar las vides durante el período de inactividad, es importante saber cómo se comportan las vides en esta época del año. En efecto, para poder resistir el frío, observamos un fenómeno sorprendente, durante el cual la savia de la vid descenderá gradualmente de la planta hasta llegar a las raíces. Toda la energía se concentra entonces en las partes esenciales de la vid, permitiéndole así resistir mejor las heladas severas y el frío extremo.
El beneficio de la poda anual de vides.
Si dejamos que la vid crezca como quiere, crecerá continuamente. Al final, las ramas y las hojas serán muy numerosas, y la vid deberá distribuir toda su energía entre estas diferentes partes, para asegurar su supervivencia. Resultado: cada racimo de uva no tendrá suficientes nutrientes y energía para ofrecer las cualidades necesarias para la elaboración del vino.
Podar la vid permite entonces regular el crecimiento de las vides, para que produzcan más frutos que madera, pero también y sobre todo permite concentrar todo la energía en los cogollos más prometedores, para obtener uvas de calidad.
Una poda no tan fácil de realizar
Por lo general, una vez que la savia está en las raíces, es más fácil podar las ramas. Además, si el corte se realiza demasiado pronto, el viticultor corre el riesgo de hacer fluir la savia y, por tanto, complicar la curación de la cepa.
Pero, en realidad, podar una vid no es tan sencillo y requiere mucha experiencia. Se trata entonces de equiparse con unas tijeras de podar, realizar la poda a mano y estar atento a la selección de los cogollos de calidad. De hecho, algunos darán frutos, pero no todos. Por lo tanto, es necesario eliminar las ramas innecesarias identificando los crecimientos que no darán nada, para conservar sólo la rama principal, que garantizará un bonito racimo de uvas. .
Los diferentes tipos de tamaño
Los viticultores pueden elegir el tipo de poda que desean para que sus vides tengan las mejores posibilidades de florecer plenamente:
- La poda en vaso, una poda corta preferida en los viñedos mediterráneos;
- La cintura de cordón Royat, una cintura donde sólo quedan uno o dos brazos;
- La poda guyot, una poda donde sólo se conservan las yemas fructíferas;
- La cintura lira, una cintura ancha y alta para optimizar la luz solar.
Proteger las vides durante el invierno
El invierno es un período vegetativo en el que las vides están especialmente expuestas al frío, elemento que puede tener consecuencias dramáticas. Luego, el enólogo asegura la calidad de las futuras uvas realizando otras etapas complementarias a la poda.
Plantar nuevas vides
Por supuesto, es esencial cuidar las vides existentes, pero también es importante reemplazar las vides desgastadas y plantar vides jóvenes. Al mismo tiempo, hay mucho trabajo en el viñedo, incluido el mantenimiento y reparación de estacas o alambres.
Protegiendo las vides del frío
Desde finales de otoño y hasta primavera, los períodos de heladas representan un gran peligro para las vides. Por tanto, el viticultor debe proteger sus hileras del frío y las heladas mediante varias técnicas:
- aporque, que consiste en cubrir las vides con tierra;
- Iluminación con velas calentadoras o braseros, que permite calentar el viñedo, todo ello ofreciendo un bonito espectáculo;
- aspersión, que consiste en pulverizar agua sobre la vid antes de un periodo de heladas...
Preparándose para el regreso de la primavera
Cuando llega marzo, las temperaturas aumentan paulatinamente y el riesgo de heladas es menos importante. Así, para permitir que las vides despierten lentamente, los viticultores realizan una desmontaje, es decir, retiran la tierra de las vides y la distribuyen entre las filas.
¿Y qué pasa en los sótanos en invierno?
En la bodega el viticultor tampoco se aburre en invierno. A partir de finales de otoño y hasta marzo se suceden varias etapas de vinificación :
- La asamblea del vino nuevo;
- Embotellado de vino temprano;
- La crianza de vino para crianza;
- Trasiego (separación del vino claro y su depósito);
- La elaboración de vino de hielo, de cosechas muy tardías, después de la congelación de la uva;
- La cobertura del vino...
El invierno es una época muy intensa para los viticultores, que deben asegurarse de que cada cepa esté protegida del frío. Para saber más sobre la viticultura según las estaciones, no dude en visitar las bodegas y los viñedos de la finca de Berna.
Aprender más acerca de la vid en primavera