En los últimos años, la viticultura se ha enfrentado a desafíos, especialmente ante los efectos del calentamiento global en la vid. Entre olas de calor y periodos de heladas intensas, las uvas se someten a fuertes tensiones y esto tiene un impacto directo en el rendimiento agrícola de un viñedo. Para contrarrestar este problema, constantemente se proponen a los viticultores innovaciones, como el uso de bioestimulantes. Veamos en detalle qué pueden aportar los bioestimulantes a la vid.
Entendiendo los bioestimulantes
Un bioestimulante es una sustancia de origen natural (vegetal o mineral) que tiene la ventaja de estimular el proceso fisiológico. de plantasy en particular de la vid. Esto permite mejorar su rendimiento, su calidad nutricional, pero también su resistencia al estrés ambiental.
En la vid, los bioestimulantes desempeñan un papel importante para el desarrollo de las plantas de vid , favoreciendo la floración, el cuajado, pero también la maduración de la uva. Representan así una de las soluciones ofrecidas a los viticultores para adaptarse al calentamiento global .
Un bioestimulante puede contener diferentes organismos vivos, como hongos o bacterias, pero también puede estar compuesto por materiales sintéticos. Este tipo de productos no entran en la categoría de fertilizantes, porque en sentido estricto no son nutrientes directos para la vid. De hecho, tienen más bien un papel de mejora de la nutrición de la vid, favoreciendo la absorción de los elementos esenciales para su crecimiento.
Las ventajas de los bioestimulantes para la vid
Aplicados por esparcimiento sobre el suelo de los viñedos o por aspersión sobre las vides, los bioestimulantes presentan numerosas ventajas.
- Mejorar el crecimiento radicular de la vid: al estimular el desarrollo de las raíces de la vid, el bioestimulante les permite absorber mejor los nutrientes del suelo. Con raíces sanas, las vides están mejor protegidas de las enfermedades;
- Mejorar la floración y el cuajado : al estimular estos procesos, la vid produce mejores frutos, en mayor cantidad y calidad, y sabemos en qué medida la uva impacta en la calidad del vino ;
- Mejorar la resistencia al estrés ambiental: los bioestimulantes permiten a la vid resistir mejor el estrés abiótico (sequía, granizo, heladas, viento, exceso de agua, etc.) );
- Mejorar la calidad de la uva: el bioestimulante puede influir mucho en la composición química del fruto, especialmente en términos de compuestos fenólicos, responsables del sabor y el color de la uva. , pero también resistencia a las enfermedades.
Los bioestimulantes se han convertido en aliados imprescindibles en la lucha contra el cambio climático. Al promover un aumento de los rendimientos agrícolas preservando al mismo tiempo los criterios de calidad, estos aditivos agronómicos permiten un buen crecimiento de los cultivos. Su aplicación juiciosa por parte de usuarios profesionales contribuye a una agricultura más sostenible y resiliente.
Bioestimulante: ¿una solución para luchar contra el calentamiento global?
En viticultura los bioestimulantes se utilizan de dos formas:
- integrándolos completa y sistemáticamente en un programa de fertilización;
- Utilizándolos como complementos en periodos del ciclo de crecimiento que son un poco más críticos.
En ambos casos, su uso ha demostrado un verdadero impacto positivo en la resistencia de las vides a condiciones climáticas cada vez más duras. Los bioestimulantes a base de extractos de plantas, desarrollados por la empresa ADAMA, reducen el marchitamiento y el amarilleo de las hojas (hasta un 50%). Otras marcas, como Vitality o Bioboon, demuestran la eficacia de los bioestimulantes para combatir las heladas , los golpes de calor, la sequía e incluso el estrés hídrico en las fincas vinícolas.
Los bioestimulantes desempeñan un papel crucial en el crecimiento de la uva en producción, proporcionando una solución eficaz para contrarrestar los efectos nocivos del cambio climático. Al promover el desarrollo de las plantas y actuar como aliviadores del estrés, estos potenciadores del rendimiento permiten a los viticultores optimizar la salud de sus vides y al mismo tiempo mejorar la calidad de las uvas. Gracias a su acción específica, los bioestimulantes ayudan a reforzar la resiliencia de los viñedos frente a condiciones climáticas cada vez más extremas.
Por otro lado, cabe señalar que este tipo de producto es bastante caro y, por tanto, no está al alcance de todos los viticultores. El uso también puede tener un impacto en el precio del vino, lo que constituye un criterio imprescindible a tener en cuenta.
El uso de bioestimulantes en la vid demuestra su eficacia a diario, pero ¿serán estos productos naturales suficientes para hacer frente al calentamiento global? Es necesario tomar otras medidas y, si bien los bioestimulantes siguen siendo prometedores para los viticultores, no deberían considerarse como la solución milagrosa para hacer frente a las dificultades climáticas.